LA BUGANVILIA DE ELENA-Capítulo 2

La Tía Elisa

Nunca había mencionado a su tía Elisa, una de las primas de su madre, el mencionarla era como hablar de algo pecaminoso, como si la hubieran borrado de sus vidas. Vivía cerca de la casa de los padres de Elena y era su secreta tía preferida.

Le atribuían haber dejado a su esposo por estar con un hombre casado. Elena a su tío nunca lo llegó a conocer, siempre vio a su tía Elisa sola.

Elena jugaba con sus primos y Elisa aprovechaba que estaba bajo su ventana para invitarla a su casa a enseñarle nuevos pasos de marinera.

Cada vez que ingresaba a la casa de ella , veía fotos antiguas de su madre y sus tías.

Nunca le había preguntado nada, ese día se animó – ¿tía Elisa mi madre y  sus hermanas en algún momento fueron cercanas a ti?-le preguntó Elena.

-¡Siempre! nos quisimos mucho , pero a veces basta que una persona tenga malas intenciones y hable mal de ti para desprestigiarte-le dijo Elisa.

-No hablemos de eso Elena ahora quiero enseñarte nuevos pasos para que aprendas más- La esquivó Elisa.

-¿Cómo sabes tanto de marinera?, le preguntó Elena.

-Ven te voy a enseñar algo- llevando a Elena a una habitación.

Elisa abrió la puerta de la habitación y Elena no podía creer lo que estaba viendo:-¿esa eres tu?- le preguntó admirada Elena.

Eran  varias fotos de Elisa bailando marinera, pero lo peculiar era que cada una llevaba una  buganvilia en su  cabello. En una vieja vitrina habían muchas medallas de oro y plata con grandes diplomas y reconocimientos hacia ella y su pareja de baile.

-¿Tu fuiste campeona de marinera?,-le preguntó Elena.

– Si varias veces y la buganvilia que llevaba en el cabello siempre me trajo mucha suerte, mientras las otras bailarinas se mandaban a hacer sofisticados tocados yo opté por lo más simple-le dijo Elisa.

-De esa  buganvilia que está bajo mi ventana , que a ti también te gusta , siempre han salido las  flores que colocaba en mi cabello-.le dijo.

-Que coincidencia a mí siempre me han gustado, empezaré a hacer lo mismo en tu honor- le dijo Elena.

-¿Cómo se llamaba tu pareja de baile?- le preguntó Elena observando la foto.

Se llama Víctor, hace tiempo que no lo veo, practicábamos todos los días para poder concursar en el Festival de Trujillo, siempre fue como un hermano para mi, nos conocíamos a la perfección , conocia mucho de él y él de mi,  desde estar en fachas, de sentir nuestros buenos y malos  olores y de saber  en que momento estábamos de buen o mal humor- le respondio Elisa.

-¿y ganaron en trujillo?—le preguntó Elena.

-Si ganamos la medalla de oro, nunca me imaginé estar en esa situación, parecía que SI y a la vez que NO, era un sentimiento extraño,  como si estuviera disgregada de mi propio cuerpo- le dijo Elisa.

-A mi me contaron cosas de ti que me hacían dudar, porque siempre te he percibido diferente-le dijo Elena.

-Si han dicho muchas cosas de mí que no solo afectaron mi matrimonio sino también el de Victor.

Cuando  practicábamos para el festival de Trujillo , nos teníamos que ver 3 o 4 horas diarias , es ahí cuando empezaron las habladurías. La esposa y los hijos de Victor vivían acá  y ella nunca estuvo de acuerdo que el bailara marinera, porque tenía temor de que se enamorara de su compañera de baile.

Era infaltable su presencia en los ensayos y cada vez que terminábamos de bailar le hacía un escándalo , quien se la llevaba avergonzado.

Pero las cosas no quedaron solo ahí , Lidia, la esposa de Victor , comenzó a decir que por culpa mía él ya no era el mismo y sospechaba que él y yo teníamos algo.

Fue tan grande el chisme que llegó a oídos de tu tío Cesar, quien iba y venía de Lima por trabajo- decia Elisa.

Me dolió mucho su desconfianza.  El día que llegó de Lima me dijo:-No entiendo Elisa, siempre confié en ti y me entero que en mis narices estás con ese bailarín, me has decepcionado, te dejo libre para que te quedes con el, me regreso a Lima.-

Parecía que no me conocía bien o que nunca miró mi interior, pudo más su orgullo que el amor que aparentemente me tenía-

Luego de ganar Trujillo, Victor decidió irse a vivir a Lima principalmente por sus dos hijas.

Por lo que me enteré después , tiene una academia de baile.

-Me apena tu historia– le dijo Elena.

-Mira Elena , en esta foto se nota más la buganvilia en mi cabeza-le dijo Elisa.

-Si se ve hermosa-le dijo Elena.

-Para mi la marinera es una catarsis, es sentirme plena, cuando bailo entrego esa energía a las personas que me ven bailar, muestro mi personalidad interior. Hay muchos bailarines que solo buscan fama, prestigio o dinero , es ahí donde te encuentras con las envidiosas, las criticonas y las que se hacen tus amigas y luego hablan por detrás de ti.

A mi me criticaban mucho el llevar una flor en el cabello, decían que era una “misia” ya que ellas gastaban  mucho dinero en su atuendo y sus tocados.

A pesar de todo eso sigo amando esa mística tan especial que tiene y la verdad es que  fui muy segura y hasta hoy soy feliz con mi vida sencilla, tranquila y plena.-

Para Elena ir a conversar con su tía Elisa era un placer, sus conversaciones interesantes y su positivismo, era lo que más admiraba de ella.

Elisa le enseñó la importancia de la gracia y el coqueteo de la marinera: -La marinera es como un coqueteo entre el hombre y la mujer, ambos tienen que transmitir la misma energía , sino hay conexión entre ambos, el baile pierde fuerza-le decia.

Uno de los tantos días que iba Elena a visitar a su tía , esta le comenta:- Elena con mucha pena no nos vamos a poder ver por un tiempo, tengo una íntima amiga que vive en U.S.A. que ha sido operada de la columna y que no va a poder hacer su vida normal hasta que se rehabilite , ella me ayudo mucho emocionalmente cuando no estaba bien, ahora me toca a mí ir a apoyarla a ella. Cuando regrese yo te aviso para volvernos a ver y conversar, te voy a extrañar mucho- le decía con los ojos llorosos.

-Tia te entiendo, me muero de pena el no verte por un tiempo, para mi eres como una segunda madre, te prometo que voy a bailar en tu nombre y voy a lograr ganar en Trujillo, con una  Buganvilia en mi cabello- le dijo Elena con lágrimas en los ojos y abrazándola.

Ambas se despidieron con la promesa de volverse a ver.

-Elena , ¿has visto que la casa de Elisa está en venta?- le dijo doña Isabel a Elena.

-Ahhhh, si me he dado cuenta- contestó Elena haciéndose la disimulada.

-Al parecer se va fuera, es lo mejor que nos puede pasar, su presencia me desespera- le contestó.

-¿Mamá porque hablas así, no es tu prima?- le dijo Elena fastidiada.

-¿Prima?, claro, pero el hecho de que se haya metido con el esposo de la pobre Lidia y haya destruido ese  matrimonio, para mí es ¡vergonzoso!, ¿Cómo hay mujeres asi?, tus tías y yo congeniamos en lo mismo, por eso decidimos separarla de nuestras vidas-le dijo Doña Isabel.

Elena quería mucho a su madre, lo que no entendía, ni le agradaba era que fuera tan prejuiciosa.

Siendo  tan inteligente se dejaba llevar por chismes ligeros, que afectaban la reputación de su tía Elisa.

-A veces por no mirarnos por dentro, vivimos mirando y criticando la vida de los demás, envenenándonos a nosotros mismos con nuestros temores- pensaba Elena.

Desde que Elisa se fue Elena se paraba todos los días junto a la enredadera de buganvilias de su casa, miraba hacia la ventana , cogia una flor, se la colocaba en el cabello y se ponía a bailar.

-Algún dia la veré y le agradeceré todo lo que aprendí gracias a ella.- pensaba Elena.

Festival de Trujillo

Había pasado un año desde que Roberto se había ido, Elena ya estaba en el camerino de Trujillo, terminando de arreglarse antes de salir a concursar con Felipe en el festival.

El moño alto que se había hecho en el cabello resaltaban su exótica belleza y a un costado de éste su infaltable buganvilia grande y colorida. Ese era su secreto, ese amuleto que solo las campeonas lo tenían .

Llegó el momento de ingresar a la pista de baile, era su momento y de Felipe. Habían mejorado mucho, sus meses de práctica y sacrificio, tenían que dar sus frutos.

Fue un campeonato muy peleado, tenían dos contrincantes fuertes, una pareja trujillana y otra limeña.

Llegó la hora del veredicto final , llamaron a los tres primeros puestos:-En tercer lugar ¡Elena Sanchez y Felipe Ojeda!, ambos brincaban y gritaban  de felicidad, botando toda esa tensión acumulada durante tantos meses,  hubieran querido ser los primeros, pero el haber llegado hasta ahí siendo la primera vez,  era para ellos¡ todo un logro!

Como siempre, en los buenos y malos momentos, sus padres eran infaltables para ella, eso la hacía sentirse más segura y comprometida.

En ese momento de alegria en donde ella se sentía mejor que nunca, escuchó una voz conocida que le decia: “Miren que Piurana tan coquetona, arrasó con la pista de baile”

Elena voltea su rostro y se encuentra nuevamente con  el de Roberto. Su nerviosismo la hizo reír y como no sabia que decirle le respondió en automático : -Roberto ¡que gusto volver a verte!, siempre con tu buen sentido del humor-

A pesar del tiempo transcurrido Roberto no se había podido sacar a Elena de su cabeza, sus pensamientos fluían al final del día pensando en ella.

Esta vez Roberto fue más directo:-¿Elena quisieras ir a comer algo conmigo? hace un año que no nos vemos.

Elena no había olvidado lo que había sucedido antes,  quería darse y darle una nueva oportunidad, pero le incomodaba dejar a sus padres solos e irse a comer con Roberto.

-Elena, no te preocupes vayan a comer algo, tu padre y yo aprovecharemos en dar una vuelta-

 Le dijo su madre.

En la cafetería, Elena y Roberto pidieron unos jugos y emparedados, mientras esperaban que les trajeran su orden Roberto le dice:-te he extrañado mucho-

-Roberto esto se me hace un poco difícil, pero a pesar de mis recargados días , llegando la noche también he pensado mucho en ti- le dijo Elena.

-¿Qué hacemos si al  final del día no nos podemos olvidar uno del otro?- le preguntó Roberto.

Elena titubeó, su pregunta la agarró fría, pero inmediatamente le respondió: -Roberto yo recién estoy empezando y tú ya tienes un camino forjado. No vas a esperar a que termine la universidad y yo SI lo quiero hacer, ser solo ama de casa no está en mis prioridades-

-Elena desde que te conocí me enamoré de ti y te seguiré diciendo lo mismo que te dije desde el principio, “estoy dispuesto a esperarte”- le dijo Roberto con firmeza.

-Elena, ya no quiero esperar más ¿quieres ser mi novia?- le dijo Roberto agarrándole las dos manos y mirándola fijamente a los ojos.

Elena al ver esos ojos grandes , color granadilla mirándola con tanto amor, sintió en su corazón y en su cuerpo, un fuego interno que ya no podía detener.

Roberto le cogio su fino rostro y le dio un apasionado beso, era su primer beso, nunca había sentido lo que sintió en ese momento, era como una adiccion, no podía parar de besarlo.

Su cuerpo se empezó a estremecer y le dio miedo, apartando a Roberto de sus labios.

-No me has respondido aún ¿Qué dices? –le dijo Roberto.

-Que si Roberto pero ya sabes, me tendrás que esperar-contestó Elena.

– Te esperaré amor- le dijo Roberto muy emocionado.

Roberto iba y venía de Lambayeque a  Lima todos los fines de semana para ver a Elena y ella estudiaba y ensayaba toda la semana para poder ver a Roberto.

Uno de los fines de semana que Roberto venía a Lima, decidió darle una sorpresa a Elena y  a sus padres.

-Don Manuel y Doña Isabel, me gustaría invitarlos a cenar con Elena y sus hermanas a un restaurant ¿podría ser mañana Sabado?- les dijo.

-Por supuesto Roberto, con mucho cariño te acompañaremos- le dijo Doña Isabel.

Cuando se encontraban en el restaurant durante la cena , Roberto pide la palabra: – con todo respeto quisiera decir unas palabras a todos, este es un momento muy especial  para mí ,estoy muy enamorado de Elena y me siento correspondido, pero no quiero dejar pasar el tiempo y pedirles la mano de su hija, para  casarnos y formar una linda familia como la de uds.-

Elena se emocionó, había pensado cualquier cosa menos que la pidiera en ese momento y

 delante de sus padres y sus hermanas. Roberto sacó de su bolsillo un anillo y la miró a Elena y le dijo: Elena ¿quieres casarte conmigo?

Elena respondió emocionada: -claro que si mi amor-

Roberto cogio su mano y le colocó el anillo diciéndole – eres el amor de mi vida Elena y estoy muy feliz que me hayas aceptado-

Elena lo abrazó y le dijo : -tu también eres el Amor de mi vida.-

-¿y cuando sería La boda?- preguntó Don Manuel.

Elena quería casarse lo antes posible, miraba a Roberto esperando su respuesta.

-Elena quisiera casarme contigo en 2 meses, te puedo mantener, solventar tus estudios y dejarte tu espacio para que te dediques a tu pasión, la marinera- respondió Roberto.

-Yo no tendría ningún problema en casarme en 2 meses, confío plenamente en ti- le dijo.

-¿no les parece un poco apresurado?, los preparativos demoran, habría que separar iglesia, los trámites legales toman su tiempo- respondio Doña Isabel.

-Mamá es nuestra decisión , si queremos casarnos rápido trataremos de que los trámites se hagan cuanto antes- le dijo Elena.

-Pero ….Elena, tus tías, nuestros familiares y amigos pensarán que te estás casando apurada porque estás embarazada, vamos a quedar mal- le dijo su madre.

-Mamá, tú sabes que no estoy supeditada a lo que piense nadie y si se les pasa por su mente será consecuencia de sus mentes prejuiciosas- le respondió Elena.

-Isabel, Elena tiene razón , en lo que respecta a mí eso nunca me ha importado, siempre he hecho las cosas de acuerdo a lo que ha dictado mi corazón , tratando de que las decisiones que tomaba me beneficiaran no solo a mí sino también a mi gente- le dijo Don Manuel.

Doña isabel no pudo decir más eran 2 contra 1, tenía que resignarse y no darle importancia a las habladurías, a pesar que iba ser un esfuerzo muy grande para ella.

Para Elena 2 meses eran mucho tiempo para esperar consumar ese deseo de estar con Roberto en la intimidad. Cada vez que él la besaba, sentía que se deshacía de pasión y no estaba segura si en algún momento se iba a doblegar y dejarse llevar en los brazos de él.

La velocidad del tiempo en los trámites era fugaz, sin embargo, en el deseo de ambos era lento, eso les generaba impaciencia, eran jóvenes y tenían que reprimir sus deseos ¿Cómo Elena no iba a llegar virgen al matrimonio?

Roberto también respetaba esa forma de pensar, muy común en aquella época , lo extraño era lo contrario.

Faltaban dos semanas para el matrimonio y culminar sus deseos, esa noche Roberto y Elena

fueron a comer al restaurante favorito de ambos, una rústica pizzería, tranquila y con un ambiente cálido y romántico. Tomaron unas copas de vino, empezaron a darse demostraciones de amor y besarse apasionadamente,tanto fue la pasión y el deseo de ese momento que pidieron la cuenta rápidamente y fueron al carro de Roberto. Sus miradas de complicidad decían todo, era el momento, Roberto la llevó a un lugar seguro en donde se podían estacionar y dar rienda suelta a sus deseos.

Se besaban, se acariciaban, el la besaba suavemente en el cuello, tocándola  y siendo muy delicado para no dañarla ni asustarla.

Las lunas del auto estaban empañadas de amor y deseo.

Para Elena era su primera vez, cuando Roberto la penetro sintió un dolor tolerable  el perder su virginidad resultaba placentero para ella.

Roberto la amaba y la deseaba con locura, nunca había experimentado algo tan profundo como con ella.

Llegó el día de la boda, Elena ya no se había estado sintiendo bien, estaba con nauseas y el olor a aderezo en la comida le daba asco, cosa que antes nunca le habia sucedido. Pensó que era por el nerviosismo del matrimonio.

La boda de Elena y Roberto fue chica, solo invitaron a la familia y  a algunos amigos muy cercanos.

Luego de la ceremonia celebraron su alegria con una fiesta que la hicieron en la casa de los padres de Elena. Fue una noche interminable.

Esa misma noche los flamantes esposos partieron rumbo a una cabaña  que habían alquilado frente al mar, era algo que a ambos siempre les había gustado.

Disfrutaban  de sus  conversaciones románticas,  de hacer el amor y levantarse al día siguiente abrazados sintiendo el olor que rociaban las olas del mar, de tomar desayuno juntos y de saber que estarían por siempre juntos.

 A Elena le apasionaba sentir la brisa marina y hacer volar sus cabellos, pero esta vez se acercaba al mar para disipar sus nauseas, habían momentos en que se sentía muy bien y otros muy descompuesta.

Roberto estaba un poco preocupado, el no saber qué tenía Elena le causaba inquietud.

-Elena, regresando iremos al médico para que te chequees no te veo bien-le dijo Roberto.

Regresando de la luna de miel, Elena y Roberto asistieron a un médico internista quien le mando a ella varios análisis, dentro de ellos estaba el análisis de sangre para detectar el embarazo.

Cuando regresaron por  los resultados, el médico les informó  que Elena estaba embarazada y que el bebé  ya tenía 1 mes.

-¡Mi amor! Estamos embarazados!- le dijo Roberto.

-A pesar de que no lo teníamos planeado, estoy feliz de convertirme en mamá , ¡es maravilloso!

Le dieron la noticia a los padres de ambos, quienes estaban con toda la ilusión de ser abuelos.

Habian pasado 4 meses, Elena seguía bailando pero había bajado el ritmo de sus ensayos hasta que nazca el bebé y esté recuperada. Se había hecho la promesa de volver a Trujillo al  siguiente año del nacimiento de Robertito, así se llamaría, porque según su ginecólogo sería varón.

Roberto por su trabajo iba y venía de Lima a Lambayeque y cuando regresaba veía más grande la barriga de Elena, siempre acercaba su oído a su vientre y sentía los movimientos de Robertito.

Esa tarde fueron juntos a comprar la cuna para ir adornando el cuarto , porque en la noche Roberto viajaba a Lambayeque.

Al momento de despedirse Elena lo miró fijamente le acarició el rostro y le dijo: -te amo muchísimo y el saber que te ausentas para que estemos bien lo valoro mucho- le dijo.

-Yo también los amo mucho y en dos semanas estaré de vuelta y seguramente Robertito habrá crecido dentro de esa¡ barriguita!- le dijo.

Se dieron un beso lleno de esperanza y se abrazaron con mucha ternura.

En la vida así como se viven momentos inolvidables y hermosos, también hay aquellos que nunca quisiéramos que ocurran y los consideramos injustos, llenándonos de frustración.

Ese Viernes Roberto regresaba de Lambayeque, normalmente llegaba en la tarde, pero ese día en particular no llegó en la tarde ni en la noche.

Elena empezó a ponerse nerviosa pensaba:-Si su avión se hubiera atrasado o hubiera ocurrido algo ya me habría avisado-.

Pasó toda la noche despierta esperando noticias de él y hasta ese momento no sabía nada.Al día siguiente se le ocurrió llamar a la empresa  y le dijeron que había partido a la hora estimada y que suponían que ya había llegado.

Elena tuvo una mala sensación, no era normal lo que estaba sucediendo. Suena el teléfono y ella corre a contestarlo:-Alo, si, soy ella, ¿Dónde esta?, pero esta bien, si voy a ir pero respóndame , ¿está grave?, ya estoy yendo-colgó Elena con lágrimas en los ojos, sentía náuseas, era un dolor interno que no lo podía describir, como si tuviera una lanza atravesada por su cuello, no podía respirar. Llamó inmediatamente a su madre para que la acompañe al hospital.

Era Roberto, había sufrido un severo accidente de tránsito , por negligencia del chofer de un  camión de carga pesada, su taxi había sido impactado por este vehículo al lado donde él se encontraba, generando un grave golpe en la cabeza.

-Elena llegó al hospital en compañía de su madre:-por favor señorita soy la esposa del Sr. Roberto Alvizuri, ¿quisiera saber donde se encuentra y cuál es el médico que lo está viéndo?- le dijo Elena a la enfermera que se encontraba en recepción.

-Sra. Estoy viendo la historia, lo está viendo el Dr. Calle, neurocirujano y su esposo en este momento está en la unidad de cuidados intensivos, vaya al fondo del pasadizo a la derecha, toque el timbre y diga que es su esposa y  que lo quiere ver.-le dijo la enfermera.

A Elena le faltaban pies para correr y ver a Roberto, sentía su vientre duro por la tensión  que estaba viviendo. Ingresó a verlo y empezó a llorar con desesperacion, Roberto estaba entubado, inconsciente, su cabeza blanca por el vendaje y su rostro oscuro por las lesiones de su piel.

-Sra. Alvizuri, entiendo su tristeza, su esposo efectivamente está muy grave, pero no olvide que tiene en su vientre a su hijo- le dijo el médico.

-¿Se recuperará?- le dijo Elena.

-No lo se- le respondió el médico. (Continuará)

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