EL HOMBRE IDEAL

 

 

Soy María Gracia, tengo 28 años.

Lo había visto en varias reuniones sociales . Tenía una linda sonrisa y sobretodo era guapisimo, por lo menos era el tipo de chico que a mí me gustaba, cabello castaño, ojos café y muy masculino. Tenía un cuerpo muy bien formado, como uno se entera de todo , tenía un buen puesto en una empresa grande y sus enamoradas habían sido muy guapas.

A mí también me buscaban varios chicos, pero en realidad no eran mi tipo.

Una noche salí con unas amigas a un bar a tomar unos tragos. Al parecer era muy amigo de una de ellas, cuando la vio se le acercó , ella nos lo presentó y así comenzó todo.

Comenzo a hacerme bromas,era muy divertido, me miraba de arriba a bajo como si me deseara, yo estaba en  ese momento en las nubes, era el chico soñado.

Después de tanto coqueteo me miró fijamente y me dio un beso apasionado dejándome con las ganas. Dame tu contacto para llamarte quiero volverte a ver.

Me llamó al día siguiente, no pensé que tuviera tanto interés en mí, me invitó a una fiesta donde habían muchas personas conocidas, yo me imaginaba que era la chica más admirada en la fiesta por haber ido con el.

Lo qué pasó esa noche era lo que podía pasar, pero yo quería que fuera de otra manera,  pensé que era diferente. Tomamos mucho nos empezamos a besar y nos fuimos a un hotel, que de seguro ya lo conocían e hicimos el amor.

Después de esa noche , no supe nada de él. Un día que estaba yendo a almorzar con mis amigas en mi refrigerio, lo vi pasar con otra chica agarrándola de la cintura.

En ese momento me fui al baño a llorar, cuando salí lo busqué y le hice un escándalo, le dije de todo y el solo me respondió, yo creo que te estás equivocando no he sido yo.

Si quieres que capte tu atención no necesitas decirme tantas cosas. Eres muy guapa.

La chica que estaba con él se rió y se lo llevó a otro lado.

Me sentí burlada, no podía concebir tanta ironía.

Lo que ha experimentado María Gracia nos puede pasar a cualquiera, a veces por el deseo de esa imagen platónica que tenemos de lo que debería ser nuestro hombre ideal. La vida nos pasa la factura. Nos volvemos tan ciegas que solo queremos ver lo positivo de el.

María Gracia, tu pasaste por alto muchos semáforos rojos, no quisiste mirar que a este chico lo buscaban todas las chicas y coqueteaba con ellas.

Ni tampoco te diste cuenta que solo había querido pasar la noche contigo.

La verdad es que una persona así no vale la pena, tú vales demasiado para ser tratada así.

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