Cuando estaba con un grupo de amigos me tendía a quedar callada por no atreverme a decir lo que pensaba por temor a quedar mal o que lo consideraran incorrecto.
Cuando no levantaba la mano en la clase del colegio por miedo a que me corrijan.
Cuando me quedaba callada y veía cosas que no me gustaban que hacían algunas personas y en vez de decirles lo que pensaba dejaba que las cosas sigan sucediendo porque no quería dejar de pertenecer a ese grupo.
Cuando me compraba cosas materiales innecesarias porque” estaban de moda” a pesar de que perjudicaba mi presupuesto.
Desde pequeños tenemos inculcado el que nuestras opiniones o actos estén a expensas de lo que tiene que ser.
En nuestras vidas pasamos por la aprobación de nuestros padres , maestros, amigos.
La necesidad de aprobación está basada en una suposición: “No confíes en ti mismo, confirma con otra persona primero” (wayne dyer).
A que nos conduce todo esto:
A dejar de lado nuestros deseos o sentimientos para estar a expensas del otro.
A la necesidad de aprobación en todo lo que hacemos y si no la recibimos nos derrumbamos.
A no querer perder por no ser criticados.
Nos volvemos:
Aduladores
Cambiamos de opinion porque alguien la desaprobó.
Pedimos permiso para hablar o hacer algo.
Consumimos sustancias que atentan contra nosotros por estar bien con el grupo.
Aceptamos cosas en nuestras relaciones que en el fondo nos hacen sentir mal, pero:”Cómo todos lo hacen”.
En la vida hay personas a las que les agradas y a otras no.
Algunas desaprobaran tus acciones y querrán dejarte mal.
Otras querrán que te emborraches o te drogues para filmarte y reírse de ti.
Quizás seas tan valioso y no te das cuenta que generas en otros sentimientos negativos.
O simplemente tienes claras tus ideas y no te importa lo que los demás piensen de ti.
Sentirte invisible es:
No quererte.
No darte libertad.
Sentirte víctima.
Tener vergüenza.
Tener miedo.
Pedir perdón a pesar de que no eres responsable.
No sentirte capaz de hacer las cosas.
Es reforzar tus opiniones con el apoyo de otras personas.
Es odiarte.
No sentirte querido.
Aprende a decir “ no” y dar tu propia opinión:
Se asertivo.
Se empatico.
No tengas miedo.
Se firme cuando digas que “no”.
No te sientas superhéroe, aprende a delegar.
Cree en ti .
Interrumpe cuando quieras hablar y dar tu opinión.
Vístete como tú quieras hacerlo.
Siéntete bien como eres gordito, flaquito.
Tímido o extrovertido.
Agraciado o no.
Al final el que se tiene que sentir contento contigo mismo y seguro de lo que quiere hacer y lograr: ERES TÚ.