Mis días pasan de la melancolía a la alegría.
Siempre me he preguntado ¿por qué?
Tengo todo lo que cualquiera quisiera tener, a pesar de eso hay momentos que me siento triste y no hay nada que calme ese vacío.
Mi vida no ha sido fácil y no es que me ahogue en un vaso de agua, sino que he tenido muchos retos que me han fortalecido.
¿Donde estaría la diferencia de ser fuerte y ser melancólica?
Somos fuertes cuando de otros se trata,
Cuando buscamos la excelencia en nuestro desempeño o logros profesionales.
¿Y donde quedo YO?
Me quedé en mi niñez, en esa niñez que quizás para ti haya sido plena o la hayas trabajado y hoy no pases por estos altos y bajos.
En mi caso pensé que las carencias de afecto que no había recibido en esa etapa las podría completar con mi pareja y que juntos saldríamos de nuestros caos emocionales.
Pero fue lo contrario, yo esperaba de él cosas que no me podía dar y él esperaba lo mismo de mi, hasta que se enfriaron nuestros sentimientos.
¿Porqué si en un inicio consideré que era él el hombre Ideal para mi, fue todo lo contrario?
Nuestras relaciones pasadas y presentes traen una cola que es sólo nuestra, la cola de nuestras emociones no procesadas, resentimientos, culpas, faltas de afecto, situaciones traumáticas , etc.
Por otro lado cuando somos conscientes de que la relación con la otra persona no está bien nos aferramos a esta: por temor, miedo a no quedarnos solos, por la presión social de mantener una pareja cuando ya no existe nada entre los dos.
Cuando conoces a alguien y lo tratas hay algo que resuena en esa comunicación que los hace sentirse afines.
Es que la pareja es tu propio espejo, es un reto que ambos asumen para autoconocerse y sanar, porque te enamoras de alguien que es el reflejo de ti mismo.
Cuando se presentan conflictos, los que te afectan son los que tocan tus emociones más profundas.
Si tu relación dura muchos años es que ambos han aprendido a conocer sus miedos, a aceptarse como son y a reflexionar de que los conflictos que ocurren son historias no resueltas en sus vidas y aprenden juntos a sobrellevarlas.
Y si fuera lo contrario, como me sucedió a mi , te tienes que hacer la pregunta ¿Qué me enseñó mi pareja anterior para no volverlo a repetir?
Estas situaciones también nos pueden suceder con personas cercanas a nosotros, que quizás no las toleremos, porque nos recuerda a algo o a alguien en nuestra infancia, quizás situaciones no trabajadas aun, mirémoslos como retos para ser mejores.
Por eso, trabaja en ti mismo primero, ámate para poder dar amor a otros, nadie más que tu lo puede hacer y así cuando vuelvas a enamorarte de alguien tu mismo te darás cuenta si vale la pena o no.
