Muchas veces me he preguntado ¿Por qué hay personas que son tan queridas y con amigos incondicionales?
Analizándolas y observándolas es porque han sembrado amor y por ende lo cosechan.
Porque no emiten juicios y aceptan a los demás como son.
A mi me ha costado mucho entender esto, ya que he sido de pocos amigos y ahora viéndome en perspectiva entiendo : era juiciosa, desconfiada y egoísta.
Cuando empecé a aceptarme a mi misma y darme cuenta que las cosas que me tocaron vivir tenían una razón de ser, que era un proceso de aprendizaje, algunas veces doloroso y otros de felicidad, empecé a aceptar a los demás.
Me era difícil entender porque me pasaban tantas cosas negativas a la vez: cuando me separé del papá de mis hijas, ese mismo año falleció mi papá, una de mis hijas estaba pasando por un proceso emocional muy difícil, se me juntaron muchas deudas, a pesar de que tenía un buen trabajo.
Terminé con los nervios de punta, me vino un ataque de ansiedad que hizo que mi columna colapsara.
Me tuve que tomar un descanso, preguntándome ¿Por qué todo esto me pasa a mi? No encontraba la respuesta.
Me reintegre a mi trabajo, empecé a aceptar los problemas,buscando soluciones.
Esa actitud me permitió salir de ese hoyo que yo misma había atraído a mi vida. Obviamente, no la muerte de mi padre, sino las demás situaciones que yo decidí en su momento atraerlas.
Mis pensamientos y sentimientos estaban enfocados en mis temores, rabias y tristezas acumuladas de mi pasado.
Tenemos la libertad de tomar decisiones por nosotros mismos, ya sean buenas o malas y por ende aceptar las consecuencias de estas decisiones de las cuales somos responsables.
Tome las riendas de mi vida, valorando a las personas que estaban a mi alrededor, agradeciendo por todo lo recibido y pensar que aquellos que me hicieron sufrir , fueron los mejores maestros de mi vida, me permitieron valorar lo que hoy tengo.
La publicidad, las redes, el streaming nos enseñan equivocadamente que sentirse bien es lo más importante, ¿y que hacemos si sentimos lo contrario?, ¿si se nos presentan situaciones inesperadas como: una pérdida, una enfermedad incurable, una discapacidad accidental o un hijo especial o discapacitado?
Trataremos de negarlas a través de adicciones: alcohol, drogas, comida, compras, sexo, a los deportes extremos o algo que nos brinde mucha adrenalina para no pensar.
¿A que nos conduce esto? A una vida de sufrimiento, depresión y temores.
Si optamos, en cambio, por la aceptación sana, lo que nos viene quizás no nos evite el sufrimiento, pero luego vendrá el entendimiento confiando en nuestro amor. Nos dará la fortaleza para lidiar con eso, dando un ejemplo de amor y felicidad a los que están a nuestro alrededor, desapareciendo el sufrimiento.
Aceptar es darnos cuenta de que lo que nos sucede es parte de la historia que tenemos que vivir de nuestra vida y que es necesario para nuestro crecimiento.
“Las circunstancias extremas pueden despojarnos de todo,
Menos de una cosa : la libertad de elegir cómo responder a esas circunstancias”
VIKTOR FRANKL.