¿Un quiebre, un problema te hunde o te levanta?
A veces uno siente que lo que nos sucede es injusto y que no nos debería estar pasando.
Un quiebre es un pare en tu vida, es decir darte cuenta ¿donde estás?, ¿ hacia dónde vas?, ¿cuáles son tus prioridades?
Lo que sucede muchas veces es que no lo vemos así, pensamos que lo que hacemos no tiene valor, perdemos nuestra propia seguridad, porque nuestra vida gira alrededor de nuestro entorno: de lo que nos divierte, de nuestro siguiente viaje, de la camioneta nueva que me compraré .
Les voy a contar la historia de una chica a quien tuve la oportunidad de conocer.
Muy bonita, muy inteligente y la aventura la hacía muy feliz.
Una noche salió con un grupo de amigos para ver una competencia de autos. Le provocó fumar un cigarrillo, pidió que paren el auto para salir a fumar. Debido a la oscuridad no pudo visualizar ese enorme hueco donde cayó, siendo rescatada y perdiendo la sensibilidad de ambas piernas.
Una chica de 19 años con toda la vida por delante se quedó sin poder caminar.
En una situación así, tú mente piensa muchas cosas, pero de acuerdo a lo que pienses y hagas en ese momento determinará el éxito o fracaso de tu vida.
Luego de un conflicto emitimos juicios propios:
Contra uno mismo: «soy una tonta sino hubiera salido a fumar no estaría así”
Culpando a los otros: «si no me hubieran dejado salir a fumar hoy estaría bien”
Decretando la desgracia de manera permanente: “mi vida se acabó, a partir de hoy seré una inválida por el resto de mi vida”.
Un conflicto puede ser positivo si nos hacemos cargo de él, es decir, si tomamos acción.
Ya sea buscando alternativas, posibles soluciones, aprendiendo a pedir ayuda, comprometiéndonos con nosotros mismos para poder cambiar el rumbo de lo acontecido.
De esta manera empezaremos a ver lo sucedido de manera más objetiva y ampliar nuestro panorama sintiéndonos mejor con nosotros mismos.
Sino existiesen los conflictos ¿Cómo podríamos mirarnos hacia adentro?.
La transformación personal es a través de las dificultades para ello hay que tomar acciones positivas.
Como dice Rafael Echeverría en su libro “La Ontologia del lenguaje”:
“Dime como enjuicias tus quiebres
Y te dire quien eres”.
